El 11 deseptiembre de 1982 se encontró el cadáver del joven Iván Egas, en un charco de sangre y mutilado, dentro de la jaula de los leones del Zoológico del Colegio Militar Eloy Alfaro, Quito. Había sido arrojado allí, moribundo aún, por
asesinos que respetaron esa vida humana menos que las fieras, que se
abstuvieron de devorar el cuerpo de la víctima.
Se suscitaron
incontables versiones sobre el macabro suceso, siempre mencionando líos
de faldas y de botas. Aunque las más agudas sospechas se dirigieron a un tal
teniente coronel del Ejército, fue acusado y sentenciado un inocente: el cabo Floresmilo Bolaños, guardián del establecimiento, quien hubo de pagar seis años
por un crimen no cometido. Y seis años en una cárcel ecuatoriana no eran un mes
de vacaciones en Miami, sino un capítulo más del infierno de Dante. La
inocencia de Bolaños y la consiguiente reparación por parte del Estado vino a
darse casi treinta años después.
Hoy, Jorge Glas,
Vicepresidente de la República del Ecuador, elegido el dos de abril por
millones de ciudadanos, se encuentra en el centro de otra leonera, más feroz
quizá que la del Zoológico de entonces.
Esa leonera la
constituye un cerco implacable de múltiples poderes locales e internacionales,
de altos y bajos niveles, entre ellos el Departamento de Justicia de Estados
Unidos, que hasta hoy oculta a los asesinos de Kennedy; ese pantano de lagartos
insaciables denominado Odebrecht, malhechores mundiales como el delator brasileño José Santos, magistrados que resultan ser campeones de lectura rápida (cien
documentos por día), linchadores mediáticos a tiempo completo, parlamentarios
convertidos en tales por milagro, banqueros nostálgicos del célebre Feriado,
líderes izquierdistas que danzan abrazados con momias derechistas, en fin,
acusadores particulares que luego de pedir la horca para Glas, declaran a la
prensa que se hallan muy tristes por la suerte de la víctima.
Al margen de que
Jorge Glas sea culpable del montón de acusaciones que pesan sobre él –lo cual
no está plenamente demostrado hasta la fecha- es indudable que el debido
proceso no se ha observado conforme lo prescriben las normas vigentes y más
bien se ve que hay un ritmo vertiginoso para confirmar los seis años de
cárcel, cifra que coincide con los seis que pagó injustamente el cabo
Floresmilo Bolaños. Con la circunstancia de que, en este caso, están haciendo
cola los aspirantes a reemplazar al Vicepresidente caído.
E-mail: jaigal34@yahoo.es Twitter: @jaigal34
_______________________________________________
P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no
importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Mg. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
E-mail:
lufecahe_090908@yahoo.es
Twitter:
@lufecahe